Fotorejuvenecimiento: Láser fraccional y luz pulsada
El desarrollo tecnológico ha contribuido de manera significativa en la medicina estética al permitir incorporar nuevas técnicas que hoy en día se han convertido en indispensables para cualquier paciente que quiera rejuvenecer entre ellas, el láser fraccional no ablativo y la luz pulsada intensa (IPL).
Láser fraccional no ablativo.
En relación al rejuvenecimiento, los láseres en su inicio planteaban al paciente ciertas reticencias por su largo periodo de convalecencia tras la realización del tratamiento que les impedía adaptarse a las tareas diarias de inmediato precisándose entre 5 y 7 días de convalecencia.
En Le Med hemos apostado por una nueva y avanzada tecnología fraccional no ablativa que consiste en provocar un calentamiento selectivo del tejido dérmico mediante microhaces de luz. Según el grado de envejecimiento y la profundidad de la arrugas, utilizaremos la potencia más adecuada para obtener un óptimo resultado sin periodo de convalecencia.
Tras la realización del procedimiento podemos esperar un mejor aspecto de la piel en base a la reducción considerable de las arrugas, mejora de la firmeza y luminosidad debido al proceso de reparación y bioestimulación ocurrido en la dermis en un solo pase.
Lo que debes saber:
Mediante esta tecnología podemos tratar toda la superficie del rostro o bien seleccionar las áreas con mayor impacto de los signos de envejecimiento como la zona perioral (código de barras) o la zona periocular (patas de gallo).
Básicamente la técnica consiste en provocar pequeñas lesiones sobre la piel, para que ésta entienda que tiene que regenerar y recuperar el tejido alterado, dando paso a la formación de un tejido nuevo y sano responsable del efecto rejuvenecedor sobre el área tratada. Lo explicamos mediante un ejemplo claro, si nos hacemos un pequeño corte, nuestro organismo se encarga de repararlo y en unos días no habrá ni rastro del mismo, pues bien, mediante este procedimiento lo que buscamos es activar ese mismo mecanismo de reparación responsable de la formación de nuevo colágeno con el que obtendremos un aspecto del rostro más rejuvenecido y una reducción en la profundidad de las arrugas.
Son necesarias de 1 a 3 sesiones para apreciar los resultados, cuanto más leve sea el grado de envejecimiento, menos sesiones necesitaremos y al contrario.
El procedimiento no dura más de 45-60 minutos y en casa deberemos realizar unos cuidados cosméticos básicos tras el tratamiento además de las revisiones pertinentes en la clínica.
Luz Pulsada.
Todo un clásico en la dermatología y en la medicina estética ya que a través de la aplicación de este tipo de luz sobre la piel vamos a conseguir su rejuvenecimiento gracias al efecto fotobiomodulador que inducirá la formación de nuevo colágeno y por otro lado gracias al efecto fototérmico que nos ayudará a atenuar significativamente las pigmentaciones oscuras.
La diferencia principal con el láser ablativo fraccionado es la capacidad de actuar a nivel superficial y su especificidad a la hora de combatir lesiones que afectan a las capas más externas de la piel y que en parte son debidas a la radiación ultravioleta.
El efecto de dicha radiación sobre la piel no es inmediato ni tampoco está relacionado solo con aquellos pacientes que tienen un hábito de exposición solar exagerado, por tanto cualquier persona puede presentar en mayor o menor medida estas patologías.
Cuando envejecemos el tono de la piel comienza a no ser homogéneo debido a la aparición de pigmentaciones oscuras y a la presencia de zonas enrojecidas como consecuencia de la visualización en superficie de pequeños capilares. Por otro lado, comienzan a hacerse notables pequeñas arrugas finas como consecuencia del descenso en la actividad de una de las células más importantes de la piel, el fibroblasto. Otros cambios que podemos ver en la piel son los relacionados con el aumento del tamaño del poro y la pérdida de luminosidad debido a la aparición de un tono cetrino o amarillento.
La luz pulsada intensa se aplica directamente sobre la piel y es absorbida quedándose más o menos superficial según la patología a tratar. Una vez que la luz llega a la zona deseada ejerce su acción, es decir, estimula al fibroblasto para la formación de colágeno, ataca a la melanina para disminuir la intensidad de las pigmentaciones oscuras o coagula los vasos superficiales entre otras acciones.
La mejora del aspecto del rostro se hace evidente debido a que la piel recobra su vitalidad, luminosidad y juventud.
Lo que debes saber:
Los tratamientos con luz pulsada deben abarcar toda la superficie del rostro, si bien podemos realizar un segundo pase sobre aquellas zonas concretas donde necesitemos insistir especialmente como por ejemplo en la áreas de pigmentación oscura o rojiza.
Básicamente la técnica consiste en la aplicación de un sistema de luz específico sobre la piel que corregirá las patologías derivadas del envejecimiento de la piel debidas a la acción de la radiación ultravioleta, pigmentaciones, rojeces, arrugas, etc…
Precisamos de 1 a 6 sesiones de 30 a 45 minutos de duración cada una de ellas para ver los resultados si bien número de sesiones dependerá del grado de envejecimiento.
Los cuidados domiciliarios cosméticos y los controles médicos post tratamiento en la clínica son necesarios.
Otras patologías a tratar
Para más información sobre el procedimiento solicita una primera consulta en Le Med .
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