IX Jornadas Gallegas de Medicina Estética.

Cartel de las jornadas.

El pasado fin de semana se celebraba en la Isla de la Toja las IX Jornadas Gallegas de Medicina Estética, sin duda un marco incomparable con un excelente programa científico que hizo las delicias de todos los que tuvimos la oportunidad de asistir. No quiero dejar de dedicar unas líneas al comité organizador, en especial a Ana, por su buen hacer en estos tres días de ciencia. Cuando las cosas se hacen con cariño, el resultado es siempre redondo.

Desde hace unos años, estas jornadas se han convertido en una parada obligatoria dentro de mi calendario y este año no podía ser menos máxime cuando se trataba de abordar las diferencias del abordaje terapéutico del paciente masculino respecto al de la mujer.

Si bien la presencia del hombre en nuestras consultas es cada vez mayor, lo cierto es que por “goleada” sigue ganando la mujer, en parte por el desconocimiento que sobre nuestra disciplina médica tiene el hombre e inevitablemente por el miedo al cambio.

Cena de gala con mis compañeros, Encina, Lourdes, Ana, Paloma, Alicia, Helga, Javier y un servidor.

Cuando el hombre decide comenzar a cuidarse generalmente lo hace por el gimnasio, posteriormente, empieza a prestar más atención a su alimentación y finalmente se “arma de valor” para consultar sobre los procedimientos médicos más indicados para la prevención de su envejecimiento. Los miedos del hombre ante este tipo de procedimientos son completamente diferentes a los que se enfrenta una mujer. En general, el hombre tiene mucho miedo a feminizarse y a que los demás puedan notar cambios demasiado radicales, tanto que lleguen a despersonalizar.

En España somos poco dados a publicar cifras, pero los americanos que lo hacen constantemente, tienen muy claro que el hombre cada año está más presente en las consultas y que los cinco procedimientos más demandados son por este orden, neuromoduladores, depilación, microdermoabrasión, peelings e inyectables, en relación a estos últimos, ganan por goleada los estimuladores de colágeno que relegan al archiconocido ácido hialurónico al último lugar, todo lo contrario que ocurre en la mujer.

Por todo ello, se hace indispensable un adecuado diagnóstico médico en el que se pongan de manifiesto las expectativas que el paciente tiene en su mente para poder analizar conjuntamente si éstas son alcanzables y si lo son cuál es la terapéutica más adecuada teniendo en cuenta los temores a los que nos enfrentamos en el paciente masculino.

Antes de plantearnos tratamientos de reestructuración o de reposición volumétrica, en el hombre, debemos prestar especial atención a los cuidados de la piel, pues es más imperfecta e irregular que la de la mujer, por tanto, además de los tratamientos médicos más indicados para el cuidado de la piel masculina (peelings, microneedling, Hydrafacial®… ) el uso domiciliario de cosmética específica se hace necesaria y tiene como base la hidratación, antioxidación y retexturización mediante ácido hialurónico, derivados de vitamina A o alfa hidroxiácidos. En general, hay que huir de las típicas cremas con las que nos bombardea la televisión y cuyos efectos son más que discutibles y sustituirlas por prescripciones médicas en las que la alta concentración de principios terapéuticos prescrita por el médico sí que provocará una mejora importante del aspecto de la piel.

Vista de La Toja mientras hacía running.

Posteriormente y una vez conseguido el primer objetivo pensaremos en otras opciones terapéuticas con las que reestructurar, voluminizar o masculinizar. En estos casos, utilizaremos inyectables como la hidroxiapatita cálcica o equipos de ultrasonidos microfocalizados con sistema de visualización a tiempo real para combatir la pérdida de elasticidad o bien conseguir proyección (efecto lifiting) en determinadas zonas del rostro.

Para la mejora de las arrugas finas o para darle a los labios una mayor hidratación y definición sí que pensaremos en ácido hialurónico ya que debido a sus características se erige como primera elección en estos casos.

En resumen, el enfoque terapéutico del paciente masculino es completamente diferente al de la mujer y por tanto requiere de un aprendizaje específico para aumentar su grado de satisfacción.

Dr. Sergio Fernández.

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